EL PASO — Estados Unidos recomendó el martes “pausar” la administración de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Johnson & Johnson para investigar los reportes de trombos potencialmente peligrosos.
En un comunicado conjunto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) dijeron el martes que estaban investigando los trombos detectados en seis mujeres en los días posteriores a la vacunación, combinados con un reducido conteo de plaquetas. En Estados Unidos se han administrado más de 6.8 millones de dosis de la vacuna de J&J, que es de una sola aplicación.
Las agencias recomiendan que quienes hayan recibido la vacuna J&J y hayan experimentado dolores de cabeza, dolores abdominales, dolores en la pierna o dificultades para respirar tres semanas después de la inyección contacten a su médico.
Las autoridades dijeron que quieren entrenar a los fabricantes de las vacunas y a los profesionales de la salud sobre el “tratamiento singular” correspondiente a estos coágulos sanguíneos.
Johnson & Johnson afirmó que estaba al tanto de los coágulos, pero insistió en que aún no se ha establecido inequívocamente un vínculo con su vacuna.
“Estamos enterados de los eventos tromboembólicos, incluso algunos con trombocitopenia, han sido reportados en relación con las vacunas contra covid-19”, dijo la empresa en un comunicado. “Hasta el momento, no ha sido establecida una relación causal clara entre estos eventos inusuales y la vacuna”, añadió.
La vacuna de J&J fue autorizada como recurso de emergencia por la FDA a fines de febrero con gran ceremonia, ante la esperanza de que, al requerir una sola dosis y condiciones de almacenamiento relativamente fáciles, impulsaría la campaña de vacunación en todo el país. Sin embargo, esa vacuna constituye apenas un pequeño porcentaje de las dos administradas en Estados Unidos, debido a demoras y errores en la planta de uno de sus contratistas en Baltimore.